Con la consigna "El hambre es un crimen" se realizó el II Congreso de Chicxs del Pueblo, en el Salón "Felipe Vallese" de la Confederación General del Trabajo. Participaron también la CTA Autónoma, la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, organismos de Derechos Humanos, curas villeros y en opción por los pobres, educadorxs y cuidadorxs comunitarixs, pibes y pibas delegadxs barriales y referentes sindicales.

El edificio emblemático de la historia de lucha de lxs trabajadorxs, en el cual Eva Perón tuvo su despacho y que cobijó luego sus restos durante la “Revolución Fusiladora”, estaba colmado de chicos y chicas de entre 3 a 24 años. También había bebés. Todxs tenían puesta una remera blanca, con el logo celeste de Chicxs del Pueblo estampado en el frente, y con distintas consignas en sus espaldas: “Ni un pibx menos por la droga”, “El hambre es un crimen”, “Con ternura venceremos”.

Coordinado por Claudia Bernazza, una de las fundadoras del movimiento Los Chicos del Pueblo, desde el escenario se escucharon las voces de los pibes y las pibas, con distintas demandas y propuestas que abarcaron desde el problema de las drogas en los barrios, el narcotráfico, la violencia policial e institucional, la deserción escolar, el ajuste económico del gobierno de Javier Milei que golpea aún con mayor crudeza a los barrios, comedores populares y trabajadorxs comunitarxs, la necesidad del sostenimiento de la Educación Sexual Integral en las escuelas, la falta de obras de infraestructura y saneamiento en los barrios populares, la injusticia social, la brecha de género, la violencia e inseguridad creciente como consecuencia de todo lo anterior, entre otros temas urgentes. Mientras que, del lado de las propuestas, expresaron la necesidad de la contención, la organización, la comunicación, la escucha y la construcción de lazos comunitarios.

También hubo baile, donde una joven pareja bailó, enfundada en los trajes típicos, una chacarera. Ella con amplia pollera floreada y él con bombacha de gaucho, chaqueta y cinturón de cuero. Hubo rapeadas y actuaciones, exposiciones habladas, música con canto y tambores.

La iniciativa surgió desde las “Organizaciones de lxs Chicxs del Pueblo”, junto a los colectivos “Cuidadores de la casa común”, “Interredes, red de redes”, “Encuentro Niñez y Territorio” y “Hogar de Cristo”, con el acompañamiento de la Secretaría de Derechos Humanos de la CGT, coconducida por la compañera Maia Volcovinsky, quien dio la bienvenida al encuentro. También estuvieron presentes Andrés Larisgoitia y Pablo Masciángelo (CTA-T), Hugo Godoy (CTA-T), Alejandro Gramajo (UTEP), lxs nietxs recuperadxs Guillermo Pérez Roisinblit y Claudia Poblete, en representación de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo; el sacerdote Lorenzo “Toto” de Vedia, de la parroquia de los Milagros de Caacupé de la Villa 21-24 de Barracas, entre otrxs compañerxs.

En el mismo lugar, hace 35 años, se llevó a cabo el Primer Congreso de los “Chicos de la Calle”. La consigna, acuñada por el histórico dirigente sindical Saúl Ubaldini, era en ese entonces "Ellxs son nuestrxs hijxs". El secretario general de aquella CGT, junto al secretario de DDHH Ricardo Pérez, recibieron el 26 de noviembre de 1988 a las delegaciones de niños, niñas y jóvenes “que se acercaron a gritar su verdad”, narra el folleto repartido entre lxs presentes. “Los trabajadores organizados abrazaron así a los hijos e hijas de trabajadores desocupados, lo que constituyó una de las primeras acciones del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo”, relata.

“Hoy, pibes y pibas de las redes y organizaciones, que son herederxs de aquel movimiento, se reúnen para volver a denunciar el hambre, la desocupación y la pérdida de derechos. Con sus voces buscan ser parte activa de la movilización, la lucha y la organización de trabajadoras y trabajadores que abrazan, una vez más, a sus hijas e hijos”, concluye el material.

Uno de los organizadores de aquel primer Congreso es el compañero Andrés Larisgoitia, actualmente director de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-T. Invitado al escenario junto a Enrique “Quique” Spinetta, referente del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, Larisgoitia manifestó sentirse muy emocionado y con muchos recuerdos de aquella época. “El primer Congreso de los Chicos de la Calle fue una construcción colectiva que vinimos haciendo con muchos compañeros que se ocupaban de contener a los chicos, a la ranchada, a aquella realidad. Muchos de esos chicos vivían en ranchadas, desprotegidos y no tenían ni voz ni lugar”. Y subrayó, por otro lado, la importancia de la escucha atenta de lo que esxs pibxs tenían y hoy también tienen para decir.

“Hoy no son solamente los chicos que están en la calle. Son las familias quienes están en la calle. Son la exclusión, la persecución, son la pobreza”, describió y planteó: “Pero no bajamos los brazos. Los trabajadores y el pueblo no bajan los brazos. Pelea para dar vuelta la realidad. Para que vivamos en un país que contenga a todo el mundo. Ustedes son portadores de derechos, son nuestros hijos. A mí se me puso el pelo blanco, pero las ideas no cambian”.

“El movimiento obrero está organizado para defender, no solo a los que trabajan, sino incluye al conjunto del pueblo y así encarar la pelea, como ya se dijo, por la democracia, por la justicia social y rememorando nuestros valores”, concluyó.

En diálogo con CTA Comunica, Paula Salinas, responsable de Comunicación de Chicxs del Pueblo, detalló: “Tenemos una red de más de 410 casas, que son organizaciones comunitarias barriales, que nacen de la inquietud de lxs compañerxs en los territorios para abrazar a los pibes, acompañar su trayectoria, para acompañar en las crianzas que a veces los papás y las mamás no pueden por los horarios de trabajo. Sabemos que la situación económica y social, hace muchos años es dificultosa y allí están nuestras casas acompañando como programas del Estado, pero todas se iniciaron con la firme convicción de tener sus casas abiertas”.

“Estamos con muchas dificultades que pasan desde los alimentos hasta los programas que son más fácticos. En la provincia de Buenos Aires estamos un poco más acompañados y protegidos, pero la realidad se hace muy cuesta arriba porque la situación en la familia también se ha complicado muchísimo. Comenzó a faltar el trabajo, el aumento de los alquileres, el transporte, muchas cosas. Un ejemplo: Teníamos un micro que salía de La Plata, pero había una organización que para llegar hasta la dirección de La Plata tenía que gastar $16.000 de viático. Es decir, $32.000 para tomarse dos colectivos para 10 chicos. Es un montón de dinero. Lo pudimos solucionar solidariamente, pasando a buscar por otro lado, pero para las familias se les hace muy difícil. Y ahí estamos nosotros tratando de dar todas las respuestas posibles, que son respuestas construidas comunitariamente”, agregó.

Y contó que Chicxs del Pueblo está integrado por niñxs de distintas edades, “desde que nacen hasta los 20 y pico de años. Nuestras organizaciones son casas de puertas abiertas. No tenemos un límite de edad. Tenemos como experiencia que los chicxs que pasan su infancia en nuestras casas, luego asumen roles de liderazgo y llegan a ser educadores de la misma. Hay casas de más de 40 años en los Chicos y Chicas del Pueblo, como Lugar del Sol y la Casa del Padre Cajade, que son dos de las casas fundadoras de las Casas del Movimiento Nacional de Chicxs del Pueblo”.

El nieto recuperado Guillermo Pérez Roisinblit, cuya abuela es la vicepresidenta de Abuelas e integrante de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Rosa Roisinblit, expresó: “Es necesario que en el contexto que estamos viviendo se proteja definitivamente a las infancias, a las niñeces, adolescentes, que son, junto con los jubilados quienes van a estar más desprotegidos en esta gestión que ya ha demostrado que no tiene ningún tipo de sensibilidad. Es muy importante que los organismos que promueven y defienden los DDHH, los sindicatos, las confederaciones, estén todos juntos para poder atravesar esta realidad y para poder ponerle, por qué no, un freno, un coto. No es lo mismo el pueblo, la comunidad organizada que estar todos desperdigados, separados. Me parece muy importante esta convocatoria, por eso Abuelas no podía dejar de estar”.

En una pantalla ubicada detrás del escenario se compartieron videos con saludos del padre Pepe Di Paola, desde Campo Gallo, en Santiago del Estero, referente del Equipo de Curas de Villas y Barrios Populares, fundador en 2008 junto a otros sacerdotes del “Hogar de Cristo” y coordinador de la Comisión Nacional de la Pastoral de Adicciones y Drogadependencia.

Participaron también Dina Sánchez y Norma Morales (UTEP), el cura en opción por los pobres Ricardo Carrizo, entre otrxs compañerxs. Y el cierre fue a pura música con Darío Witt, creador de “La Marcha de los Chicos del Pueblo”, con el mensaje: “Queremos vivir. Defender la alegría, defender el amor. Son Chicxs del Pueblo que quieren vivir. Lxs Pibxs son la vida, son la mano tendida al amor. Llegan marchando, llevan sumando. Somos Chicxs del Pueblo, queremos vivir. Queremos un país más justo, queremos un mundo más justo” (Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=I6h4OO1DzaA).

Como invitación a una próxima convocatoria, la organización de lxs Chicxs del Pueblo y el padre Toto de Vedia plantearon marchar hacia el barrio de Retiro el sábado 11 de mayo, en que se cumplen 50 años del asesinato del padre Carlos Mugica, quien fuera fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y del movimiento de Curas villeros.

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